lunes, junio 19, 2006

STAFF

Dra. Elena Victoria Acevedo de Bomba
Lic. María del Carmen Pilán de Pellegrini
Prof. Lisa Scanavino
Lector Prof. Cesare Albertano

Carlos María Alsina y Dario Fo

Dramaturgo, actor, director y docente teatral, nació en San Miguel de Tucumán el 12 de Setiembre de 1958. Inició su carrera teatral en 1976 como actor y desde entonces desarrolló una intensa actividad en el país y en el extranjero: Italia, Suiza, Brasil, Alemania, Cuba, Perú y España. Es autor de cuarenta textos teatrales. Como director realizó más de sesenta montajes, de los cuales, varios sobre obras de Dario Fo: Pareja abierta (1989), Aquí no paga nadie (1990), Muerte accidental de un anarquista (1991). Como docente enseña en Argentina, Italia, Suiza y Brasil. Su teatro cultiva diversos estilos teatrales pero hay una poética que lo identifica: la intención de ayudar a la construcción y defensa de una identidad cultural propia, alertando sobre la peor de las tragedias: la de las repeticiones.

Obtuvo el premio Teatro Casa de las Américas en 1996 por El sueño inmóvil. El crítico italiano Nicola Pasqualicchio, en la edición del diario L’arena di Verona (2-1-98) señala: “La obra de Alsina, un autor entre Beckett y Pinter y, en parte también de Pirandello, nos deslumbra con sus símbolos y su poesía dejando hasta el último momento un perturbador dejo de misterio. Su trabajo como director, además, es de una rigurosa esencialidad que descarta todo elemento decorativo”.
La Cátedra de Literatura Italiana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional agradece la participación de Carlos Alsina en la mesa panel sobre Mistero Buffo.

miércoles, junio 14, 2006

Dario Fo, un juglar contemporáneo


Organizada por la cátedra de Literatura Italiana se llevó a cabo una mesa panel sobre "Mistero buffo" de Dario Fo en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT. Participaron el actor, director y dramaturgo Carlos Alsina, el lector Cesare Albertano y la Dra. Elena Acevedo de Bomba.

martes, junio 13, 2006

Ediciones del Rectorado - La Divina Comedia prologada por Mafalda Canzonieri

La Doctora Mafalda Benuzzi de Canzonieri durante la presentación de la Divina Comedia traducida por Bartolomé Mitre y de la que es autora del prólogo. La edición corresponde al Rectorado de la Universidad Nacional de Tucumán.

La Vita Nuova leída por Leopoldo Lugones

Trinidad Blanco de García
Ningún otro escritor italiano ha sido con tanta frecuencia citado, traducido o mencionado en la literatura argentina como Dante Alighieri. Esta afirmación está referida a su gran poema épico-alegórico, no a las obras designadas como Obras Menores. La distinción sirve a indicar la falta de interés o la valoración superficial que ha condenado a esa producción a permanecer a la sombra de la Commedia. No obstante la verdad de lo dicho, y valga como excepción, se debe recordar que uno de los más insignes poetas argentinos, Leopoldo Lugones, cordobés nacido en Villa de María del Río Seco (1874-1938), modernista, admirador de la cultura helénica, discípulo de los poetas franceses y lector de Dante, prestó atención preferente a la Vita Nuova, que juzgaba “expresión excelsa” de la cultura medieval y cristiana. En ella reconoce por igual el ejercicio elevado de la poesía de amor y la simbiosis de culturas generadora de nuevas lenguas y naciones que renovó el mundo medieval europeo.
En nuestra exposición nos ocuparemos de esa lectura de la Vita Nuova cotejándola con el texto de Dante.


Vita Nuova y dolce stil novo

Compuesta aproximadamente hacia 1292, la Vita Nuova es la primera obra del poeta florentino. Reúne prosas y versos (como Boecio había hecho en De consolatione philosophie), para narrar la historia de su amor por Beatriz quien había muerto en el año 1290. Dante escribió el libro sirvió para evocar encuentros, alabar a la amada y expresar el dolor provocado por su pérdida. Pero además desarrolló la teoría de amor inspirada por la lírica del tiempo y reelaborada por los stilnovistas y empleó formas tradicionales de la literatura visionaria donde la biografía y la alegoría se combinan para hacer de la figura de Beatriz la representación de la virtud moral e intelectual.
La obra juvenil de Dante, la Vita Nuova, aunque parezca fruto inmaduro frente a la Commedia, representa la culminación de la escuela en que se inscribe, que asimiló la antigua poesía de amor de la tradición romana (Catulo, Horacio, Ovidio) y la lírica trovadoresca difundida desde Provenza en lengua d’oil al Norte de Francia, entre los poetas galaico-portugueses, entre los Minnesänger alemanes y en Italia por los poetas sicilianos y toscanos. Esta lírica elevó a grado extremo la idealización de la figura femenina, exaltó los efectos de su presencia en quienes se complacían en su desinteresada contemplación y le atribuyó cualidades regeneradoras.
Iniciada por el boloñés Guido Guinizelli, la poesía del dolce stil novo fue cultivada en Florencia en los últimos decenios del siglo XIII por un estrecho círculo de poetas que cantó los sentimientos según una compleja teoría de amor y concibió el arte como estilo de vida destinado sólo a los elegidos de la “patria imaginaria del cor gentile”
[1]. La poesía amorosa devino entonces poesía de virtud, ethos, y conjugó en términos filosóficos una postura intelectual y espiritual que evoca el misticismo neoplatónico. Ligada, al parecer, a ciertas formas de heterodoxia religiosa no por todos reconocidas[2], quienes la cultivaban mezclaron estilos y argumentos del Medioevo cristiano y feudal en correspondencia con las exigencias de innovación de las artes figurativas y de la música del tiempo y asimilaron la casuística y mística de Sto. Tomás y de San Buenaventura para crear una estética “nueva”. Los poetas del grupo fueron Guido Cavalcanti, Dante Alighieri, Cino da Pistoia, Dino Frescobaldi, Lapo Gianni y Gianni Alfani.

Un ejemplo de cómo fue entendida la relación amorosa por estos poetas nos lo ofrece aquel pasaje de la Vita Nuova donde el narrador manifiesta a un grupo de damas la felicidad que experimenta por sólo alabar a su amada y rendirle homenaje según sugerencia de Amor:

Allora dissi queste parole loro: Madonne, la fine del mio amore fue già lo saluto di questa donna, forse di cui voi intendete, e in quello dimorava la beatitudine, ché era fine di tutti li miei desiderii. Ma poi che le piacque di negarlo a me, lo mio segnore Amore, la sua merzede, ha posto tutta la mia beatitudine in quello che non mi puote venire meno, [...e cioè] in quelle parole che lodano la donna mia.
[3]

En consecuencia, el poeta, que ha presentado una serie de episodios donde describe el intercambio de saludos y de miradas con la amada, se recoge en actitud conmovida que culmina en éxtasis místico. El eje portador de este proceso es la figura de Beatriz, convertida en guía espiritual que conduce al enamorado hacia la gracia divina. Como sabemos, el libro concluye con una visión que persuade al amante de no volver a hablar de la “benedetta” hasta encontrar forma digna de hacerlo:

Appresso questo sonetto apparve a me una mirabile visione, ne la quale io vidi cose che mi fecero proporre di non dire di più di questa benedetta infino a tanto che io potesse più degnamente trattare di lei.[...] E di venire a ciò io studio quanto posso, sì com’ella sae veracemente. Sí che, se piacere sarà di colui a cui tutte le cose vivono, che la mia vita duri per alquanti anni, io spero di dicer di lei quello che mai non fue detto d’alcuna.
[4]

Sin embargo, el cambio de objetivo de la poesía de amor en alabanza no agota el programa stilnovista de la Vita Nuova. Entre los muchos comentaristas, Dante Gabriele Rossetti (1826) y Luigi Valli (1928) interpretaron la oscuridad del lenguaje simbólico y de las alusiones del libro como fruto de la reformulación de la poesía amorosa bajo la influencia de la doctrina de los “Fieles de Amor”
[5] . La versión sobre ciertos aspectos del stilnovismo y en particular sobre la obra juvenil de Dante, daría razón a la hipótesis lugoniana que expondremos más adelante. Por de pronto enumeremos cuáles son esos aspectos que nos ayudarán a precisar el contenido de nuestra ponencia:

1. La lírica stlnovista relativiza el carácter realista de los afectos terrenales y los presenta como representaciones metafóricas de significados de orden sobrenatural.
2. Usa un lenguaje hermético de extrema abstracción y complejidad, derivado del trobar clus, que sustenta esa tesis.
3. El poeta, Dante en este caso, declara cumplir la función de humilde escriba que procede según los dictados del dios Amor.
4. Las vinculaciones con la tradición gnóstica y maniquea, habrían sido introducidas en el seno del cenáculo por los “Fieles de Amor” y continuado las relaciones secretas anteriormente existentes entre trovadores y cátaros e incluso con los templarios (según afirman algunos investigadores como René Guénon)
[6]. Tal presunción se justifica en el contexto de la época a que nos referimos, cuya vida política y religiosa fue convulsionada por herejías, persecuciones, enfrentamientos de ciudades, estados y poderes, en particular en la Toscana de tiempos de Dante, cuyas luchas de facciones fueron documentadas por crónicas e historias religiosas y civiles.[7] . El grupo de poetas florentinos, entre los que estaban Cavalcanti y el mismo Dante, aparece así comprometido en una suerte de heterodoxia religiosa (que en forma indirecta es corroborada en el episodio del Canto X del Infierno, donde el padre de Guido Cavalcanti, aparece confinado junto a Farinata en las tumbas de fuego de los heréticos y que en forma ambigua también se atribuye a Guido).
5. Lugones esgrime estos argumentos al interpretar el libro juvenil de Dante.

Antes de analizar su interpretación, conviene precisar los términos y el concepto con que en el ámbito de la literatura italiana se ha definido el movimiento, o más propiamente la escuela, del dolce stil novo, escuela que lleva a su culminación la producción lírica de la Europa tardo medieval.
Recuperemos el diálogo contenido en el canto XXIV del Purgatorio, donde con sus propias palabras y con las que atribuye a Bonagiunta degli Orbicciani, el poeta diferencia las experiencias de las escuelas siciliana y toscana de la del stilnovismo. Cuando reconoce al viajero, Bonagiunta lo saluda en estos términos: “di’ s’i’ veggio qui colui che fore / trasse le nove rime...”, a lo que Dante responde: “E io a lui:: “I’ mi son un che quando / Amor mi spira, noto, e a quel modo / ch’e’ ditta dentro vo significando”. (vv. 48-49 y 52-54)
Tres elementos determinan la definición del stilnovismo: en primer lugar, la novedad respecto de la lírica precedente. El calificativo novo anuncia la ruptura con la poesía siciliana y toscana, y califica un nuevo modo de poetizar, una conciencia poética nueva, un estilo que como el Ars nova en el ámbito de la música, innova el arte de la lírica. En cuanto al epíteto dolce, precisa y diferencia el estilo adecuado al argumento amoroso solicitando la modulación musical de la palabra, en contraposición sea a la rima aspr’e sottile de vulgar tosquedad, sea al tono elevado y solemne (Dante ha teorizado sobre el tema en De vulgari eloquentia, I,X,3-4). Por último, que la poesía sea fruto de inspiración que nace en la intimidad.
En cuanto a sus contenidos, también hubo un cambio que consistió en trascender los límites de la poesía amorosa corriente para asumir el significado de una expresión de carácter casi religioso que reverencia a la mujer en cuanto guía de salvación y propone la salvación espiritual como meta de la experiencia humana. Por donde la poesía amorosa se convertía en representación metafórica de una experiencia que aspiraba a alcanzar el plano trascendente, por la vía del misticismo, antes que a servir de expresión a sentimientos terrenales.
A causa de estas motivaciones y aunque continuara en apariencia la tradición de los poetas provenzales, sicilianos y toscanos, esta escuela y Dante en particular, pusieron en juego una ardua experimentación formal para adaptarse a la compleja conceptuación derivada de sus contenidos, en primer lugar a la oposición entre el amor terrenal y el amor divino. Al mismo tiempo, profundizó la indagación psicológica del yo poético, mediante sutiles exámenes de conciencia que representaban los estados de ánimo (spiriti,spiritelli) y las peripecias del enamorado.
Pero resulta aún más significativamente novedosa, en otra perspectiva, la afirmación de los poetas stilnovistas de que el perfecto amor es negado a los espíritus no gentiles, desarrollando aquel principio manifestado por Guido Guinizelli en su composición“Al cor gentil rempaira sempre amore”, el cual constituye una reivindicación de la nobleza verdadera, que no se hereda ni se adquiere con riquezas porque consiste en la disposición individual a la virtud que posee el corazón gentil.
Con tales características en el aspecto formal y en la materia, el dolce stil novo devino modelo de poesía de arte, fundó el primer movimiento en sentido moderno de la lírica europea y encauzó el “auténtico aspecto literario de la nueva cultura democrática abierta (pues todos podían ser fedeli d’amore si poseían cuor gentile) bajo el impulso de la política comunal”.
[8]

La Vita Nuova es, hemos dicho, la manifestación acabada del stilnovismo. Reúne sólo parte de la lírica juvenil de Dante, mientras las Rime recogen en forma más variada y menos orgánica otras composiciones de esa etapa de su creación poética. Debió ser escrita entre 1292 y 1300, aunque algunas de las treinta y una poesías incluidas son anteriores y hasta hay una que remonta a 1285. La colección está dedicada a Guido Cavalcanti (cap. XXX) y dirigida a los “fieles de Amor” como manifiesta en el soneto “O voi che per la via d’Amor passate”(cap.VII). Los versos alternan con prosas que sirven de comentario del contenido y de las circunstancias en que nació cada composición. El conjunto desarrolla la historia del amor por Beatriz, con secuencias estructuradas según fórmulas convenidas y referencias al mundo exterior: el primer encuentro con la “benedetta”, sueños y retratos que destacan su apariencia angelical (“Color di perle ha quasi, in forma quale / convene a donna aver, non for misura: / ella è quanto de ben pò far natura; / per esempio di lei bieltà si prova” describe la canción Donne ch’avete, cap.XIX); escenas donde se muestra a la protagonista rodeada por las amigas, la variación de las manifestaciones de su ánimo, el sufrimiento por la muerte de su padre y, por fin, a causa de su muerte, el estado de desolación de la ciudad. La representación de Beatriz es la de mujer-ángel; el dios Amor oficia de deus ex machina y conduce los acontecimientos; el itinerario desemboca en una experiencia mística.como lo comprueba la figuración abstracta y alegórica de Beatriz cuya condición es sobrenatural y cuyo nombre significa portadora de bienaventuranza.
En correspondencia con el desarrollo, el libro ofrece una biografía existencial de la interioridad del poeta quien experimenta una intensa renovación poética y espiritual y, luego de las tribulaciones amorosas y de la experiencia de la muerte de la benedetta, vive una crisis que lo decide a emprender el “viaje autobiográfico, moral, político, religioso”
[9] que lo alejará de la experiencia juvenil en el plano poético, intelectual y afectivo.

Lugones y Dante

A través de citas y comentarios registrados en sus escritos, conocemos las lecturas de textos de Dante hechas por Leopoldo Lugones. Puede advertirse en principio que entre sus intereses no figuran los más frecuentemente destacados dentro de la obra del poeta de Florencia, sino con preferencia, los que resultan afines a sus gustos e ideas.
Junto a la Commedia, a las Rime y al Convivio, la Vita Nuova conforma el grupo de las lecturas dantescas de que tenemos constancia. Una información prolija sobre el repertorio total es ofrecida por Pedro Luis Barcia, y a ella remitimos para su consulta
[10]. También proporciona indicaciones el trabajo “Dante en Leopoldo Lugones” de Jorge Max Rhode publicado por “La Nación” el 20 de abril de 1975)[11]. Más datos sobre el tema se encuentran en nuestro volumen Italia en el imaginario de los escritores argentinos[12] y en el ensayo de Daniel Teobaldi, “Algunos aspectos de la recepción de Dante Alighieri en la obra de Leopoldo Lugones”[13] en el volumen Lectura Dantis en perspectiva comparada. A Gloria Galli de Ortega pertenece la ponencia sobre Dante en la Argentina presentada en el Congreso sobre Dante realizado en la Pontificia Universidad Católica de Quito, Ecuador, en octubre de 2003, y que será publicada en Actas. Muy importante es la obra de Alma Novella Marani, Dante en la Argentina, que contiene un vasto registro de las recepciones y traducciones de Dante en nuestro país[14]. Resulta asimismo de utilidad revisar el catálogo de la biblioteca personal de Lugones, actualmente incorporada a la Biblioteca del Maestro en el Palacio Pizzurno de Buenos Aires. En esa biblioteca se conservan ejemplares de tres ediciones de esta obra que Lugones consultó[15].
Lugones alternó la lectura de la Vita Nuova con la de algunos de sus comentaristas
[16] dando luego cuenta de su conocimiento de los textos frecuentados. El registro está representado sobre todo por alguna versión al español como es el caso del soneto Tanto gentil e tanto onesta pare [17] o la composición de hipertextos como la novela El ángel de la sombras escrita en 1926[18], además de citas, notas, artículos, etc. En cuanto a la Commedia es continuamente mencionada, citada y comentada por él e inspiró entre otras cosas el relato Francesca incluido en Lunario sentimental[19]. Lugones conservó dos ediciones de la Divina Comedía[20], y leyó y comentó autores que se ocuparon de diferentes aspectos del poema, entre ellos el esoterismo y las fuentes orientales[21].

Lugones lector de la Vita Nuova

Consideraremos cuatro artículos que Lugones publicó en “La Nación” en los años 1935 y 1937 y que desarrollan su lectura personal de la Vita Nuova.
Se dividen en dos grupos, de los cuales el primero tiene como tema y título general La doctrina del perfecto amor en la Vita Nuova y comprende : “ I. El perfecto amor” (1 de septiembre de 1935) y “II. La Vida Nueva” (8 de septiembre de 1935). El segundo grupo se tituló Las Beatrices y consta asimismo de dos artículos “I. El amor heroico” y “II. El dominio de sus gracias”, publicados respectivamente el 15 y el 29 de agosto de 1937 en el mismo diario
[22]. Los textos, o por lo menos algunos de ellos, fueron leídos en público en fechas próximas a las de su aparición periodística.
El primer par se ocupa en particular de la Doctrina del Perfecto Amor y de su influjo en la poesía stilnovista, atribuyéndola a una fraternidad secreta del siglo XII que cultivó cierta forma de mística profana que predicaba que el amor carnal debía ser sublimado para convertirse en ideal de espiritualidad y encaminar a Dios. Para Lugones el libro de la Vita Nuova es la exposición más perfecta de esa doctrina, por lo que la define “el más alto triunfo de la poesía y de la civilización por ella animada”.
[23]

Al iniciar el primer artículo, Lugones cita a Guido Cavalcanti, reproduciendo los versos: “Amor perfetto di virtù infinita/ il qual con la sua luce / ogni desio a lui simil contenta, /e sempre fermo insé tutto conduce./........../ Prego la bella Donna di cui sono / che in ció del lume suo mi faccia dono.”. Le dedica además esta nota a pie de página:

Guido Cavalcanti (1255?- 1300), poeta florentino, admirado por Dante. Elaboró una teoría del amor cortés y la convirtió en uno de los tópicos más importantes del stil nuovo. La canción se inicia: “Una dama me ruega que le explique...”, “Donna me prega, perch’io voglio dire...”
[24]

Lugones afirma que la doctrina del Perfecto Amor nació en Provenza de la fusión de fuentes culturales diversas (islámicas, griegas y cristianas) y fue junto a la Caballería y a la Iglesia una de las tres instituciones que revitalizaron la civilización medieval sobre la base de la religión y el honor. Adhiere a la hipótesis de que Dante y otros poetas compartieron los principios de esa Doctrina y pertenecieron a la sociedad de los “Fieles de amor”, en particular la idea de regeneración que produce el amor espiritual. Subraya precisamente que la idea de “vida nueva” está implícita en la obra de Dante ya en el título.
Se refiere al contacto de aquella doctrina con corrientes del gnosticismo cristiano, del teosofismo y de la teosofía y defiende su legitimidad con el argumento de que nunca fue perseguida ni condenada por la Iglesia. De ella habrían derivado a su parecer ciertos motivos como el proceso de enamoramiento descrito por los stilnovistas que parte de la emoción producida por la vista de la amada para concluir en devoción espiritual. La consecuencia es que la mujer, en el caso presente la Beatriz dantesca, asciende de la condición humana a transformarse en imagen de los bienaventurados.
Lugones compara la culminación de la civilización medieval del siglo XIII con la del período helenista en el sentido de que, en ambos casos, fue resultado de la intervención de la figura femenina, Palas Atenea y la Virgen María respectivamente. Sostiene que después de la destrucción del Imperio romano causada por bárbaros y sarracenos, la unidad moral fue recreada por el poeta, el caballero y el santo. Pero la conjunción de sus acciones tuvo eficacia por obra e inspiración de la mujer que, en cuanto mensajera de la Gracia, sirvió como guía de redención. La mujer angelizada asume entonces un rol superior, supera la injusta identificación con el pecado y el mal y asume una misión regeneradora de trascendencia histórica. El amor, convertido en culto de la mujer, fructifica en el terreno poético como origen de toda perfección moral.
Afirma además que la doctrina del Perfecto Amor fue poetizada en la Vita Nuova, donde se exponen las virtudes que han hecho de la mujer el instrumento para regenerar a la sociedad, virtudes que en la versión dantesca se encarnan en la figura de Beatriz: su nombre equivale a beatitud, su presencia inspira gozosa contemplación, se identifica con el número 9 que es símbolo de perfección y revela los atributos propios de la condición sobrenatural en cuanto se manifiesta como milagro. Una síntesis de estos enunciados se encuentra en el soneto del cap. XXVI “Tanto gentil e tanto onesta pare/ la donna mia quand’ella altrui saluta /[.....]/ e par che sia una cosa venuta / da cielo in terra a miracol mostrare.” La descripción de Beatriz en muchos otros pasajes de la Vita y de la Commedia, acaba por ser identificada con la Sabiduría, la Filosofía o la Teología, y asociada a la función purificadora por razones esotéricas.
El segundo artículo dedicado al Perfecto Amor es asimismo introducido por doce versos de una canción de Cavalcanti: “Veggio negli occhi de la Donna mia”, XXV, traducidos al pie de página. Lugones se ocupa en este texto del aspecto doctrinal del libro de Dante, relacionándolo con el conocimiento de fuentes clásicas, bíblicas, filosóficas, éticas y místicas que dieron acceso al poeta a una vasta cultura, no sólo poética, que le sirvió para elaborar posteriormente la Commedia. Incluye también entre sus modelos a los poetas de la escuela religiosa umbra, San Francisco y Jacopone da Todi , y a pensadores, teólogos y místicos del catolicismo desde San Agustín a Sto. Tomás, a Sto. Domingo, a San Dionisio y a San Buenaventura, que nutrieron idealmente el mensaje poético
.

Los otros dos artículos comparten el título común de “Las Beatrices” (I. “El amor heroico” y II “. El dominio de sus gracias”). Con el término “beatrices”, utilizado como nombre genérico, Lugones designa a “las criaturas que concedían la beatitud del Perfecto Amor” y que consentían convertirse en ángeles de adopción o de sacrificio, porque aceptaban ser amadas sin corresponder o amaban y protegían sin esperar recompensa. Es una reelaboración del culto a la Dama, propia del amor cortés, que sin embargo hay que distinguir bien de este para no identificar el amor humano real, que puede devenir una fuente de progreso íntimo, de enriquecimiento y de perfección moral, y sobre todo de castidad, cantado por los trovadores y el amor del dolce stil novo que inicia la adoración alegórica de la mujer y la conduce a la transfiguración de Beatriz en la Commedia
[25].
Continúa su explicación a propósito del rol de la mujer en la civilización occidental, desde la funesta Helena a Juana de Arco, inspiradora esta última de nobleza, heroísmo y ansia de gloria. En la obra de Dante es, además, símbolo del espíritu de redención, tema que desarrollará en el poema épico alegórico posterior. Pero Lugones extiende los efectos de la doctrina y le asigna haber influenciado sentimientos y costumbres. Por lo que declara: “Eso vale para la Cristiandad el poema del Perfecto Amor que hizo del culto a María la devoción de los caballeros y de la adoración de la Beatriz la fuente de toda nobleza”
[26] .
Diseñando un esquema de movimiento ascendente, acaba por atribuirle al culto mariano haber sido el motor de los dos movimientos cristianos de “expresión universal”: las Cruzadas y la Conquista de América. De este modo su interpretación se cierra proyectando la misión cumplida por la mujer en un ámbito histórico.

Interpretación lugoniana
Conviene por tanto detenernos aquí precisando el significado que Lugones atribuye al libro de la Vita Nuova.
Su examen, hemos dicho, es sobre todo de carácter ideológico y debe ser ubicado en el contexto de sus años maduros. Es sabido que sus ideas experimentaron en la etapa final de su vida un viraje que lo condujo a posturas religiosas conservadoras que dejaban atrás el agnosticismo y el socialismo político para acercarse al cristianismo y al nacionalismo a los que nunca permaneció ajeno del todo. Esta nueva actitud se refleja en los artículos que acabamos de resumir donde vincula la Vita Nuova con la Doctrina del Perfecto Amor y no sólo asigna una misión de renovación moral e histórica a la mujer sino que la asocia con el proceso de restauración del mundo medieval. Tal significado excede ciertamente el significado del texto original de la historia de Dante y Beatriz. Y lo demuestra el epílogo de los artículos donde sostiene que “la Cristiandad que reorganizó desde el siglo nono la civilización desquiciada por los bárbaros, encarnó su ideal de belleza y de justicia en la Amada y el Caballero”
[27]. Esta idea es todavía llevada al extremo al vincularla a la sociedad de los Fieles cuando declara que el amor engendró el heroísmo, la virtud y el anhelo de gracia sobrenatural por influjo de la Doctrina del perfecto amor exaltada en la Vita Nuova:

Inspirada por un grande amor, como toda obra maestra de la poesía, [...] la Vita Nuova, de Dante, constituye una apología y la más alta de aquel sistema de purificación en la belleza, que durante los quinientos años corridos desde el siglo nono fue la “Cortesía” o Doctrina del Perfecto Amor profesada por trovadores y paladines. [.....] el sistema que dije merece atención y determina nuestro preferente atención por la obra que fue su expresión excelsa
[28].


En base a esta premisa, Lugones se explaya, dentro de los límites que consienten los textos, en aspectos temáticos que tienen como núcleo el “misticismo del amor”, el cual a su juicio está expuesto en la obra analizada. Se apoya en “autoridades” como Alejandro D’Ancona, Miguel Asín Palacios, Vicente Castañeda y Alcover, Paride Chistoni, Rémy de Gourmont, F. Torraca, R. de Labusquette, Francesco Pérez, Víctor Balaguer, L Muzi, Michele Scherillo, Edmund Gardner, Luigi Valli y cita textos de Ovidio, de A.F. Ozanam, San Buenaventura, San Dionisio Areopagita y San Agustín, para apoyar la tesis de que la Vita Nuova es la acabada realización literaria de la doctrina del Perfecto Amor. No necesito destacar que algunos de los autores citados por él son hoy menos conocidos de cuanto lo eran entonces, pero tampoco que Lugones acudía a una vasta bibliografía para refrendar sus afirmaciones a la vez que confirmaba su fama de erudito.
En el segundo artículo (“La Vida Nueva”), el comentarista se detiene en descripciones simbólicas y oníricas como aquella del sueño en que el Amor ordena a Beatriz que devore el encendido corazón del amante (capítulo III), para aludir por fin al misterio que rodea las palabras del libro como propio de su contenido pero además como recurso del lenguaje poético que se apartaba de la vida para enunciar un mensaje de amor místico.
Además las certezas de Lugones se apoyan una vez más en comentaristas de Dante para probar la vinculación existente con los Fieles de Amor. En el primero de los artículos dice:

Según los estudios de Luigi Valli, que reputo concluyentes, Dante perteneció a una orden secreta: I Fedeli d’Amore, locución que empleó varias veces en la Vita, si bien nunca como indicación titular, por lo demasiado explícita que habría así resultado; pues al decir de aquel autor, la mencionada sociedad tenía hasta jerga propia. En el mismo pasaje de la Vita (III,4) “famosos trovadores” y “fieles de amor” son los dedicatorios del soneto [.....]
[29]

Sobre estas bases Lugones elabora su interpretación que asocia la representación angélica de la mujer con las figuras alegóricas de las “beatrices”, la Doctrina del Perfecto Amor con la concepción poética stilnovista, la sociedad de los Fieles de Amor con la visión del mundo medieval como época fundacional de sentimientos nacionales y de virtudes cristianas revitalizadoras de la humanidad. Y añade que Dante fue el poeta y el artífice de una imago mundis que resume, asimilando la herencia de la antigüedad clásica de Oriente y Occidente, en una obra lírica, la Vita Nuova, y en otra épica, la Divina Commedia.
De este modo Lugones ofrece una lectura personal de la Vita Nuova, asociada antes que a la poética stilnovista a la Doctrina del Perfecto Amor, que identifica el libello con un mensaje de “regeneración del amor sublimado en misticismo”
[30] pero además le otorga un sentido de recuperación de la Europa medioeval en el orden político y social.
Por donde el epílogo de sus razonamientos, que nos sirve de conclusión, es que la Vita Nuova sostuvo el culto de la mujer y la misión que le fuera encomendada en cuanto “beatriz”, según el cual Dante habría cumplido su etapa de iniciación entre los Fieles de Amor y entraba en la madurez convertido en el poeta que elegía la vía de purificación hacia la Trascendencia gracias a la iluminación de la Amada, pero además incluía a la mujer en una misión de trascendencia histórica.



BIBLIOGRAFÍA

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CURTIUS, Ernst Robert, Europäische Literatur und lateinisches Mittelalter, Berna, AS. Francke AG Verlag, 1948 (version en español: Literatura europea y Edad Media latina, traducción de M.Frenk y Antonio Alatorre, México, Fondo de Cultura Económica, 1955.
ELIOT, Thomas Stearns, Dante, (versión italiana a.c. di L. Berti, Modena, Guanda), 1942.
FRIEDRICH, HUGO, Epochen der italianischen Lyrik, Frankfurt am Main, V. Klostermann, 1964 (v. italiana: Epoche della lirica italiana, trad.L. Banfi e G. Cacchi, Milano, Mursia, 1974.
HUIZINGA,J. El otoño de la Edad Media,( versión en español de José Gaos), Madrid, Revista de Occidente, 1961, 5ª.edición
MARANI, Alma Novella, Dante en la Argentina, Roma, Bulzoni, 1983, pp.53-96.
MARROU, Henri.Irene, Les troubadours, Paris, Éditions du Seuil, 1971,2ª ed.
RENUCCI, Paul, “Dantismo esoterico nel secolo presente”, Atti del Congresso Internazionale di Studi Danteschi, Firenze, Sansoni, vol. I , 1965, p.313 y sigs.
ÍDEM, Dante, Paris, Hatier, 1958.
SAPEGNO, Natalino, Il Trecento, Milano, Garzanti, 1955.
[1] AUERBACH, Erich, “La poesia giovanile di Dante” en Studi su Dante, 1967, p.25.
[2] PETROCCHI, Giorgio se opuso a tal versión y defendió la ortodoxia de los poetas de la escuela en términos taxativos: “Bisogna sgombrare il terreno dalle fantasiose ricostruzioni di una presunta masonería di Fedeli d’Amore; ma anche temperare gli eccessi di chi, marcando i termini del distacco e del dissenso (ineliminabili in uomini di vigorosa individualità filosofico-letteraria: Cavalcanti, Dante, Cino,ecc.), ha voluto infrangere la compattezza e quindi l’esistenza della ‘Scuola’”. (ver G. Petrocchi, “Il Dolce stil novo” en Cecchi E. – Sapegno N., Storia della Letteratura Italiana, T. I: Le origini e il Duecento,Milano, Garzanti, 1965, p. 731.
[3] ALIGHIERI, D., Vita Nuova, Cap. XVIII, en Le Opere Minori, 1964.
[4] ÍDEM, Cap. XLII.
[5] ROSSETTI,D.G. La Divina Commedia. Commento analitico, 1926; Sullo spirito antipapale dei classici antichi d’Italia, 1832; VALLI, L., Il linguaggio segreto di Dante e dei Fedeli d’amore, 1928. Ver: FRIEDRICH,H., Epoche della lirica italiana, 1964, T. I. Cap. II: “Dolce stil novo”, p. 46.
[6] GUÉNON, René, L’ésoterisme de Dante, Paris, Ch. Bosse Librairie, 1922 (versión en español, El esoterismo de Dante, Buenos Aires, Dédalo, 1976).
[7] GUIRAUD, J., L’inquisition médievale, Paris,1928; crónicas de Dino COMPAGNI,D. y VILLANI,G. e F; BOCCACCIO G., Vita di Dante y comentarios modernos, en particular Enciclopedia dantesca, Roma, Istituto dell’Enciclopedia Italiana, 1978, 6 voll.
[8] Cit.de MASOLIVER, Juan R, “Introducción”, Dolce stil novo, Barcelona, ed. Seix Barral, p. XLI.
[9] MAURO, Walter, Invito alla lettura di Dante, Milano, Mursia, 1990, p.59.
[10] BARCIA, Pedro L., “El ideal caballeresco y el legado de la cristiandad”. Estudio preliminar en LUGONES L., “El ideal caballeresco”, en Obras Completas, T.II, Bs. Aires, Ed. Pasco, 1999, pp. 97-129.
[11]RHODE, Jorge Max, “Dante en Leopoldo Lugones”, en diario “La Nación”, Bs. Aires, 20 de abril de 1975. 3ª. Sección,pp. 1-2. Es la primera biblografía sobre el tema.
[12] BLANCO DE GARCÍA, Trinidad, Italia en el imaginario de los escritores argentinos, Córdoba, Ed. Garden Press, 1996, pp.109-113.
[13] TEOBALDI, Daniel es autor del ensayo en el volumen Lectura Dantis en perspectiva comparada, comp.T. B. García La edición del CITAL, Fac. de Lenguas,UNC, 2004.
[14] MARANI, Alma Novella, Dante en la Argentina, Roma, Bulzoni, 1983.
[15] Esos ejemplares son: a. Una edición de lujo, publicada en el 6º centenario de la muerte de Dante, 1921, por el Instituto d’Arti Grafiche; está asentada en el registro con el Nº 40.094 y ubicada en la Sala Lugones A-1-5; b. Otra, anotada y con comentario de Alessandro D’Ancona, es la 2ª. Edición realizada en París, 1884, por la Librería Galileo, F.F.Nistri (Nº 40.675, Sala Lugones B –5 – 71), contiene notas de Lugones; c. Una edición bilingüe, italiano – inglesa con versión de Dante Gabriel Rossetti, ilustrada por el célebre cuadro del poeta prerrafaelita, “Dante’s dream”. El volumen tiene notas y subrayados de Lugones e indica una consulta frecuente. The ‘Vita Nuova’ and ‘Canzoniere’ of Dante Alighieri, es el título del volumen, editado en Londres, J.M. Dent and Co. MCMVI, (Nº 40.432, Sala Lugones A-10-20). Las “señales” dejadas revelan una asidua lectura y el interés del lector se refleja en las notas que establecen vinculaciones con pasajes de otras obras dantescas o de otros autores. Entre ellas puede citarse la apostilla que Lugones pone junto al primer verso del soneto Tutti li miei’ penser parlan d’Amore, y que expresa: “He aquí el origen de la famosa Philosophy of composition de Poe”.
[16] De ellos se conservan en la biblioteca del autor sólo las Questioni dantesche de Ernesto Lamma que reúne capítulos dedicados a la obra juvenil y a otros aspectos de la obra de Dante. Es edición de la Ditta Nicola Zanichell, 1902, Bologna y está en la Sala Lugones B-7-30. También Il dolce stil nuovo de Liborio Azzolina, Palermo, Alberto Riber, 1903 (fichado con el Nº 40137, ubicado en la Sala Lugones A-8-7). Pero hacemos constar que la obra de Lugones remite a otras lecturas, aunque los ejemplares correspondientes no estén archivados en su biblioteca.
[17] A la versión del célebre soneto “Tanto gentile e tanto onesta pare”, que aparece en la sección “Traducciones” de las Obras poéticas completas, prólogo de Pedro Miguel Obligado, Madrid, Ed. Aguilar, p.1283, se agregan citas , alusiones y notas múltiples.
[18] La publicación de esta novela está anunciada como T. XXX d las Obras Completas de Lugones en el prólogo de P.L.Barcia citado, p. 111.
[19] Debe señalarse que además de la Vita Nuova, la Commedia le proporcionó abundante material e inspiró el relato “Francesca”, incluido entre las composiciones de Lunario sentimental (1909), re-escritura del episodio del Canto V del Infierno.
[20]Lugones conservó dos ediciones de la Divina Commedia y textos de referencia, entre ellos los siguientes: Edmund Gardner, Dante and the mystics. A study of the mystical aspect of “The divina commedia” and its relations with some of its mediaeval sources, New York-London, 1913, Pérez Francisco, Studi danteschi, Palermo, Giornale di Sicilia, 1898 la versión y estudio de la Vita Nuova de Aroux y Rosetti, Lamma E., Questioni dantesche, Bologna, Zanichelli, 1902. Debió conocer también La Comédie de Dante de Aroux, etc .
[21] Lugones leyó el libro de Guénon cit, (6) y La escatología musulmana en”La divina comedia” de M. Asín Palacios.
[22] Los artículos a que nos referimos han sido publicados en el Tomo II de las Obras Completas de Lugones antes citado.
[23] Ver Introducción de BARCIA,P.L.,op.cit, p.159.
[24] LUGONES L., “La doctrina del perfecto amor en la Vita Nuova” en T.II de Obras Completas, cit, p. 131.
[25] Para una exposición más extensa del asunto ver H.MARROU, Les troubadours, 1971, cap. “L’amour courtois”, pp. 151 y sigs.; “Troubadours et christianisme” pp. 165 y sigs.
[26] LUGONES, ob.cit., p.159.
[27] LUGONES, ob.cit., p.159.
[28] Ídem, pp.131-2.
[29] Ídem,p.144.
[30] Ídem, p. 134.

Curriculum Vitae de Trinidad Blanco de García

Profesora de Italiano, Licenciada en Letras y Dra. en Literaturas Modernas (Facultades de Lenguas y de Filosofía y Humanidades - Universidad Nacional de Córdoba. Profesora de Literatura Italiana e Historia de la Lengua Italiana. Directora del Centro de Italianística y de la “Maestría en Lengua y Cultura Italianas en perspectiva intercultural”. Presidente de ADILLI (Asociación de Italianistas argentinos). Libros publicados: Antología del cuento italiano contemporáneo, 1971, “I Novissimi”. La nueva vanguardia italiana, 1973, Dino Campana, 1985, Umberto Saba, 1987, Giuseppe Ungaretti, 1991, Italia en el imaginario de los escritores argentinos, 1996, Obritas morales de Giacomo Leopardi. Diccionario leopardiano, 1998, Presencia e identidad de los italianos en Córdoba, 2000, Conferencias de la Maestría Italiana, 2003.). Proyecto en elaboración “ Relaciones entre las literaturas argentina e italiana”.




Abstract: Lectura de la Vita Nuova por Leopoldo Lugones
La presencia de la obra de Dante Alighieri en la literatura argentina es reiterada en citas, traducciones, recepciones y comentarios.
El escritor cordobés Leopoldo Lugones no sólo se ha ocupado en repetidas ocasiones de la obra del poeta florentino sino que ha dedicado varios artículos a su análisis e interpretación. Entre los años 1935 y 1937 publicó en el diario “La Nación” cuatro textos sobre la Vita Nuova. Más que por los aspectos formales del libro se interesó por la figura de Beatriz convertida en ángel protector que inspira el deseo de purificarse y amar a Dios. Por otro lado, y en correspondencia con su posición ideológica de la madurez, sostiene la función de la cultura medieval, cristiana y caballeresca de la que la mujer es inspiradora, que atribuye a la Doctrina del Perfecto Amor, ideología que Dante había asimilado de la secta de los Fieles de Amor.